La pandemia del coronavirus COVID-19, causada por el virus SARS CoV 2, se ha convertido en una amenaza de salud pública a nivel mundial. Dada la tendencia del comportamiento de la pandemia, similar al de la influenza de 1918 puede terminar siendo una enfermedad endémica que ocurra en picos estacionarios.
El COVID-19 tiene una gran variedad de cuadros clínicos, desde la infección asintomática, a la enfermedad respiratoria moderada e incluso hasta falla severa multiorgánica que puede llevar a la muerte; adicionalmente en algunas personas se presentan consecuencias o secuelas generando un impacto adicional social y económico.
El efecto de la pandemia tanto en la salud física como en la salud mental es innegable, por lo tanto, cualquier acción que lleve a mitigarlo será fundamental desde ahora y en los próximos años. Esto ha llevado al desarrollo de medidas sanitarias y planes de vacunación por parte de los gobiernos, en un intento por contener los brotes de la enfermedad y buscando reducir hospitalizaciones, ingresos a unidades de cuidado intensivo e incluso la tasa de mortalidad.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que comorbilidades como la obesidad o las enfermedades no transmisibles son factores de riesgo que incrementan la probabilidad de complicaciones asociadas a la enfermedad. Lo cual ha visibilizado la importancia de adoptar hábitos y estilos de vida saludable entre los que se encuentra incrementar la práctica de actividad física, reducir los comportamientos sedentarios, mantener una alimentación saludable y mejorar la calidad y cantidad de sueño para disminuir el riesgo de COVID- 19 severo.[1]
Datos prepandemia de la Organización Mundial de la Salud reportan que se podrían evitar hasta 5 millones de muertes al año si la población mundial fuera más activa[2]. Asimismo, información del Global Observatory for Physical Activity GoPA en Colombia muestra que el porcentaje de muertes por inactividad física es de 12.1 % siendo este superior al porcentaje mundial de 9 %.[3] Llama la atención que muchas de estas muertes son prevenibles gracias a la actividad física.
[1] Després J. P. (2021). Severe COVID-19 outcomes - the role of physical activity. Nature reviews. Endocrinology, 17(8), 451–452. https://doi.org/10.1038/s41574-021-00521-1
[2] Organización de las Naciones Unidas. (14 de octubre de 2021). Hacer ejercicio puede evitar hasta cinco millones de muertes al año, pero practicarlo también es una cuestión de igualdad. https://news.un.org/es/story/2021/10/1498412
[3] Global Observatory for Physical Activity GoPA, Country Card Colombia. Tomado de https://new.globalphysicalactivityobservatory.com/card/?country=CO (2020)
En este sentido, un aspecto importante a tener en cuenta son las acciones de prevención de la enfermedad, donde la promoción de hábitos y estilos de vida saludables, tienen un papel fundamental. La actividad física es una estrategia costo efectiva, con efectos positivos en la salud cardiometabólica, musculoesquelética, el rendimiento cognitivo, la salud mental y el bienestar general, contribuyendo así a la prevención de un sinnúmero de enfermedades.
Puntualmente, en el caso del sistema inmune, altos niveles de actividad física de intensidad moderada a vigorosa de manera regular se han visto asociadas a la reducción del riesgo de enfermedades infecciosas en 31% así como el de mortalidad asociada a enfermedad infecciosa en 37%. Lo anterior, gracias a una respuesta inmune más efectiva[1]; cambios epigenéticos[2], efectos antiinflamatorios, antioxidantes y en la microbiota intestinal[3] entre otros.
La práctica de actividad física debe ser algo cotidiano y sencillo. Aproveche al máximo cualquier espacio o medio para realizar actividad física, en el hogar, la comunidad, el trabajo o los espacios educativos. Quienes son inactivos pueden iniciar con actividades como caminar, hacer pausas en su jornada laboral o inscribirse en una oferta de actividad física en su tiempo libre. Siempre puede encontrar un buen espacio o momento para lograr ser activo.
Recuerde que existen diferentes opciones para realizar actividad física, desde el Ministerio del Deporte ponemos a su disposición la guía interactiva de actividad física: “Me mantengo activo y me cuido en casa”, en el siguiente enlace https://www.mindeporte.gov.co/index.php?idcategoria=97916.
Lecturas recomendadas: Arévalo, H., Triana, M. U., & Santacruz, J. C. (2020). Impacto del aislamiento preventivo obligatorio en la actividad física diaria y en el peso de los niños en Colombia durante la pandemia por SARS-cov-2. Revista Colombiana de Cardiología, 27(6), 589-596. Escobar Duque, I. D. . (2021). Beyond vaccination, the best strategy against COVID-19 is to keep the population healthy. Revista Colombiana De Endocrinología, Diabetes &Amp; Metabolismo, 8(2). https://doi.org/10.53853/encr.8.2.722. Jimeno-Almazán, A., Pallarés, J. G., Buendía-Romero, Á., Martínez-Cava, A., Franco-López, F., Sánchez-Alcaraz Martínez, B. J., Bernal-Morel, E., & Courel-Ibáñez, J. (2021). Post-COVID-19 Syndrome and the Potential Benefits of Exercise. International journal of environmental research and public health, 18(10), 5329. https://doi.org/10.3390/ijerph18105329. Márquez Arabia, J. J. (2020). Inactividad física, ejercicio y pandemia COVID-19. VIREF Revista De Educación Física, 9(2), 43–56. Recuperado a partir de https://revistas.udea.edu.co/index.php/viref/article/view/342196 Wolf, S., Seiffer, B., Zeibig, J. M., Welkerling, J., Brokmeier, L., Atrott, B., Ehring, T., & Schuch, F. B. (2021). Is Physical Activity Associated with Less Depression and Anxiety During the COVID-19 Pandemic? A Rapid Systematic Review. Sports medicine (Auckland, N.Z.), 51(8), 1771–1783. https://doi.org/10.1007/s40279-021-01468-z. |
[1] Chastin SFM, Abaraogu U, Bourgois JG, et al. Effects of Regular Physical Activity on the Immune System, Vaccination and Risk of Community-Acquired Infectious Disease in the General Population: Systematic Review and Meta-Analysis. Sports Med. 2021;51(8):1673-1686. doi:10.1007/s40279-021-01466-1
[2] Grazioli, E., Dimauro, I., Mercatelli, N., Wang, G., Pitsiladis, Y., Di Luigi, L., & Caporossi, D. (2017). Physical activity in the prevention of human diseases: role of epigenetic modifications. BMC genomics, 18(Suppl 8), 802. https://doi.org/10.1186/s12864-017-4193-5
[3] Nieman, D. C., & Wentz, L. M. (2019). The compelling link between physical activity and the body's defense system. Journal of sport and health science, 8(3), 201-217.
Márquez Arabia, J. J. (2020). Inactividad física, ejercicio y pandemia COVID-19. VIREF Revista De Educación Física, 9(2), 43–56. Recuperado a partir de https://revistas.udea.edu.co/index.php/viref/article/view/342196
Wolf, S., Seiffer, B., Zeibig, J. M., Welkerling, J., Brokmeier, L., Atrott, B., Ehring, T., & Schuch, F. B. (2021). Is Physical Activity Associated with Less Depression and Anxiety During the COVID-19 Pandemic? A Rapid Systematic Review. Sports medicine (Auckland, N.Z.), 51(8), 1771–1783. https://doi.org/10.1007/s40279-021-01468-z.